“El Jazz no está muerto, pero huele raro»

Sin reconocerme en primera instancia, Albert entra en el café donde haremos la entrevista y al cruzar miradas me saluda amablemente. Me pregunta qué libro estoy leyendo y me habla sobre él, parece ser que ha leído American Gods.

Nacido en Barcelona en 1964, Albert Bover es uno de los pianistas de jazz más reconocidos en Cataluña. “El jazz es una forma de vida, y por ello me considero un jazzman. Puede ser un poco pedante, pero es así”. Con 14 años, Albert era un chico tímido y retraído y sintió interés por el piano. Por su forma de hablar y por el hecho de que no me mira a los ojos en prácticamente toda la entrevista me creo al instante esto. Según explica es un patrón bastante común que los chicos más tímidos se inclinen por tocar el piano. Un amigo suyo le dijo que para tocar piano debía estudiar cómo hacerlo y de esta manera empezó su período de aprendizaje. “Empecé a tocar piano clásico y me gustaba, pero a los 16 escuché a Bill Evans y dije: esto es lo que yo quiero tocar, música jazz. Él fue mi referente”.

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Desde joven, Albert Bover llamo la atención por su talento con el piano. Fuente: Lo Otro.

Para completar su formación musical Albert viajó a Nueva York, lugar importante dentro del panorama jazzístico, donde pudo aprender a tocar el jazz que él quería hacer. “Si aquí había treinta músicos realmente buenos allí había treinta mil” dice Bover. Se acuerda de cómo se sorprendió cuando su profesora Sofía le dijo por primera vez que ensayase en el piano de la escuela en una clase. “Con todos los grandes alumnos que había allí que me eligiera a mí para tocar fue algo especial”. Esto le inspiró mucho en su música, además del hecho de vivir durante un tiempo en Estados Unidos, para él un país donde la gente vive con mucha energía y tienen mucha ambición. Habla de que el país norteamericano cuida mucho más a la música dentro de la educación y eso lo valoró bastante en su estancia allí.

Cuando Albert apareció en la escena profesional del jazz, a finales de los 80, tuvo la fortuna de que en ese momento no había prácticamente pianistas de jazz de renombre en el panorama nacional y pronto destacó a los ojos del público. Una de las partes que más le gusta de ser músico es el haber podido viajar por varias partes del mundo, tales como Japón o alrededor de Europa para hacer aquello que más le gusta. “He cumplido un sueño viajando por el mundo tocando jazz”.

Desde 2007 Albert es artista Steinway, una reconocida compañía de fabricación de pianos que tiene a varios músicos como baluartes de sus pianos. Él ha tocado en multitud de pianos, pero cuando encontró un instrumento de esta marca en Nueva York durante sus estudios y escuchó su sonido supo que era diferente a todo en lo que había tocado antes.

Actualmente Albert, además de ser músico, ejerce como profesor en la Escuela Superior de Música de Catalunya. Después de ser alumno durante tanto años ahora se ve en la otra cara de la moneda, la de enseñar. “Se aprende muchísimo siendo profesor. Con perspectiva creo que al principio era un mal profesor. Ahora con la experiencia he aprendido lo que es enseñar y lo que no y disfrutó mucho enseñando lo que más me gusta a otras personas”.

Con 14 años Albert se sintió atraído por el piano y desde entonces no ha dejado de tocar.

Hablando más centrado en lo que es el jazz Albert dice que el jazz además de ser una música afroamericana, es una síntesis de ritmos africanos, de ritmos del caribe y de hasta ritmos hispanos. A nivel profesional ha colaborado con artistas flamencos y de música andalusí, enriqueciendo su conocimiento musical. Mezclando estos géneros con el jazz Albert ha enriquecido su base musical y ha llamado la atención del público aunque señala que “a veces también me critican por ello. Te viene un purista de uno de estos géneros y te dice que lo que estás tocando no vale nada”.

El pasado año, Albert lanzó su último trabajo musical en colaboración con la también jazzista Cristina Vilallonga, titulado “Nus”. El trabajo con Cristina le ha gustado mucho, y es que le gusta mucho tocar en dúo. Su próxima parada en lo que se refiere a conciertos es este mismo viernes en “Jazz I Am”, un encuentro internacional anual nacido en 2019 en Barcelona con el objetivo de impulsar alianzas entre profesionales de la música a través de conferencias, talleres y los mejores shows nacionales de jazz. Tocará junto a sus dos amigos, el contrabajista japonés Masa Kamaguchi y el batería y amigo por muchos años de Albert, David Xirgu.

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Para hablar del momento actual del jazz Albert cita la frase del legendario músico Frank Zappa, “el jazz no está muerto, pero huele raro”. Albert piensa que la clave para que la gente que piensa que el jazz está muerto o que lo considera un género nada interesante se de cuenta de lo grande que es, son los conciertos en vivo. “Pueden ponerse un video en Youtube pero no es lo mismo. En la música en directo hay algo especial… ese ambiente. Que vayan y escuchen distintos tipos de jazz, que encuentren su estilo favorito. El jazz está tocado pero ni mucho menos es su fin

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